La cuesta de enero

 Por Darío Merino 




Término usado en América Latina para describir el fenómeno económico, financiero y emocional pos navideño.

Los precios y los desempleos aumentan en enero; los bancos nacionales ajustan estrategicamente los impuestos, modificaciones tarifarias en el transporte público, las tasas de interés bancario incrementan. 

¿Cuándo se fue dando esto? Quizás podamos registrar el hecho a finales de la década de los años 70 y 80, cuando América Latina se vio involucrada en la política neoliberal y la globalización, es decir, que el Estado, que anteriormente se encargaba de cubrir aspectos tales como seguridad social, pensiones, seguros de desempleo, educación y servicios sociales, había delegado su función a los sectores empresariales y, con ello, el desvanecimiento de lo que llamó: Estado de bienestar.

Esto, más el consumismo de la población durante las fiestas de diciembre, fueron factores que desembocaron en inicios de año cada vez más difíciles de sobrepasar; crudos inviernos que aumentaron las filas de los préstamos bancarios y asistentes a las casas de empeño.

Los meses de enero fueron desde entonces, más complicados. Y por eso recibieron el sobrenombre de "cuesta de enero". 

Así, como subir una ladera sin acondicionamiento físico, así fue enero durante sus 31 días echando el bofe económico para la mayoría de las familias.

Los gastos de la cena navideña, los regalos, las cenas en las empresas y fábricas, con los amigos, las posadas, la preparación para el fin de año y la visita de los reyes magos significaron un déficit financiero, esto es, mayor gasto que ingreso.

La "fayuca" en México, fue el fenómeno que obedeció a la imposibilidad de recuperación económica en aquellas décadas, es decir, eran productos traídos del extranjero, específicamente de Estados Unidos y que no pasaban legalmente la aduana sino que eran transportados por medio de contrabando y vendidos en mercados ambulantes o comercios informales. 

En los años ochenta las cuestas de enero tuvo repercusiones importantes como el incremento de la economía informal, no es de extrañar que en estas décadas se diera el "boom" del autoempleo y ambulantaje muchos de los cuales al consolidarse conformaron pequeñas y medianas empresas a finales de los noventa. 

Actualmente, la cuesta de enero ha recrudecido sus efectos a nivel mundial, la inflación y los inviernos son más complicados.

Primero, por la pandemia global del 2019 que detuvo a miles de empresas en el mercado mundial.

Segundo, la guerra de invasión de Rusia contra Ucrania, desestabilizó y sigue complicando el comportamiento de los mercados financieros internacionales causando la erosión de las carteras de miles de ciudadanos en México y el mundo que se enfrentan cada enero a la cruda moral de cada inicio de año. Cosas de la historia. 

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