Del Toro, Pinocho y el fascismo
Por Darío Merino
Aunque de una filmografía extensa, en su mayoría de terror y fantasía, el director mexicano Guillermo del Toro ha explorado en algunas de ellas ciertos tópicos relacionados al pasado de la humanidad.
Tanto en Hellboy (2004), el Laberinto del Fauno (2006) y muy recientemente Pinocho (2022), son recreadas atmósferas y contextos importantes que determinan la trama, los personajes y los nudos dentro del argumento por resolver.
Estos son el fascismo y el nazismo: ideologías políticas nacidas en el período entre guerras, 1930-1940, específicamente en España, Italia y Alemania.
El fascismo, aunque difícil de definir por las características que encierra en sí mismo, se puede diferenciar como un sistema político dirigido por un líder carismático cuyo discurso, generalmente emotivo, es capaz de generar el convencimiento del auditorio. En España fue encabezado por Francisco Franco, en Italia por Benito Mussolini, en Alemania, Adolfo Hitler.
Se le identifica como totalitario ya que es un partido político el que abarca de manera total las cámaras de representantes, influye los medios de comunicación, el arte, la cultura, literatura y educación con el propósito de imponer su agenda en la sociedad de manera total.
Es intolerante a cualquier tipo de expresión que atente contra las directrices del partido y su líder, ya que, el argumento fascista o nazi, en el caso alemán, es que al representar los intereses de la nación todo lo que contradiga al partido, es un atentado a los intereses nacionales.
De aquí surge su peculiaridad nacionalista y es que tanto el fascismo como el nazismo se dieron a conocer como extremo nacionalismo. En este sentido, el individuo no tiene valor alguno, sino es por y para la nación.
Y es que en los guiones de las películas citadas de Guillermo del Toro tanto los personajes como el asunto a resolver giran en torno a la liberación del protagonista del sistema convencional fascista o nazista del que son víctimas.
En Hellboy (2004), es el partido nazi que, por medio de artes oscuras intenta abrir un portal interdimensional para tener acceso a seres caóticos que puedan ayudarle en su conquista por el mundo.
En el Laberinto del Fauno (2006), se desarrolla en la España de Francisco Franco, la protagonista, Ofelia, es atraída por un Fauno para resolver ciertos acertijo que le darán un escape mental y liberación de la realidad en una sociedad llena de sangre, muerte e intolerancia.
En 2022, Pinocho, haciendo referencia al texto original de Carlo Collodi pero con el sello caracterísco de Del Toro, podemos ver al protagonista enfrentado aventuras y desventuras en una sociedad dominada por el facsimo de Mussolini en Italia que, más que cuestionar la razón de por qué una marionetas pudiera tener vida, sugiere el hecho de que como todo niño de la época debería de encajar en el canon establecido del orgullo italiano facista.
Estos tres filmes, aunque no los únicos de Guillermo del Toro, pretenden hacer un retrato de una sociedad que se llevó a cabo previa a la segunda guerra mundial, pero que al mismo tiempo parecen funcionar como parábolas de la actualidad que aún sigue teniendo mucho de aquellos sistemas contralores e intolerantes conocidos como fascismo y nazismo. Cosas de la historia.
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