¡Se lo chupó la bruja!

Por Darío Merino 



Durante el período colonial la intención de la Iglesia era retirar todo rasgo de creencia prehispánica considerada supersticiosa y herética. La magia, e incluso, la herbolaria prehispánicas fueron vistas al principio como condenables -según se pensaba, propias del pensamiento indígena-.

Poco a poco, la combinación de la tradición prehispánica y la tradición católica se acomodaron, mezclaron o sincretizaron. En varios pueblos la figura del cura párroco resultó ser un mediador de ambas tradiciones. No obstante, las cosas se complicaron como en los casos de la bruja conocida como tlahuelpuchi.

Personaje mitológico mesoamericano con el dorso de una mujer, alas y patas de guajolote que atormentaba a los recién nacidos al grado de provocarles la muerte ya que los lesionaba, golpeaba y asfixiaba.

A la mañana siguiente, los padres del infante se levantaban y miraban a su bebé muerto sabían que se “lo había chupado la bruja”. Corrían a consultar al cura párroco quien, metido en aprietos, debía dar una respuesta a los desesperados padres sobre las fuerzas sobrenaturales que habían arrancado la vida de su pequeño.

¿Aceptaría el cura que efectivamente fue una tlahuelpuchi? ¿cómo explicaba esto la doctrina cristiana? En ocasiones, el cura señalaba que no había ocurrido tal cosa, sino alferecía (convulsiones, fiebres y pérdida de conocimiento). La preocupación de los papás aumentaba ya que según la creencia católica el niño no podía ir al cielo, si no al limbo por haber muerto, en la mayoría de los casos, antes de ser bautizado.

El remedio más utilizado, incluso avalado por los sacerdotes, fue colgar cerca de las cunas de los bebés pedazos de metal brillante, una caja de agujas o alfileres debajo de la cuna, una cruz detrás de las puertas, a lado de la almohada tijeras abiertas y un espejo. 

Era obvio que la Iglesia no aceptaba ninguno de estos rituales, pero los permitió sin aparente reproche, ¿la razón? Aunque la conquista espiritual fue agresiva sobre las poblaciones indígenas, no logró del todo borrar los rastros de sus idiosincrasia mesoamericanas, ante todo en momentos de la muerte de los bebés. Cosas de la historia.

Comentarios

  1. Suenan interesantes los métodos empleados para que al recién nacido no le ocurriera eso, además de las creencias que tenían en aquel entonces y aún siguen en la actualidad

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  2. Cierto las creencias d antes siguen vivas lo cual nuestros familiares mayores aconsejan esos métodos ante las brujas y es más probable q se vean en las zonas rurales q civilizadas

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  3. No hay duda que el mestizaje cultural entre indígena y español es el resultado de fuerzas opuestas, por un lado conservar el pensamiento mítico religioso de los indígenas que pretendía explicar diversos acontecimientos y en el otro extremo el dominio europeo español.
    Cabe señalar que la herbolaria mesoamericana también fue utilizada por los españoles enfermos a su llegada al continente americano. HGHS

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