Lamentos del mas allá. Parte I
Por Darío Merino
Se oye a lo lejos el ladrido de los perros. El sereno cayendo mientras el ambiente se torna lúgubre. El grito espectral de una mujer que con sollozos y lamentos alza su voz: ¡Ay mis hijos!
La llorona, personaje de las leyendas de la colonia española, representó uno de los principales elementos culturales de la vida cotidiana de los periodos virreinales y es, referente de los relatos de terror. Motivo constante de disfraces al pedir "calaverita" cada 1 y 2 de noviembre en México.
Detrás del mito pavoroso yacen contenidos de la historia cultural novohispana.
En el caso de la Nueva España, la llorona tiende a representar estereotipos bastante importantes.
La presencia espectral errante de Malinatzin, la Malinche o doña Marina (llamada por los españoles dirigidos por Hernán Cortés) fue quién comunicó a los conquistadores los secretos de los mexicas y cómo llegar a ellos.
Símbolo de debilidad y traición femeninas, satanizada por haber entregado a los mexicas en manos de los españoles al caer víctima de las seducciones de Cortés. Arrepentida del hecho, fue condenada a vagar errante lamentando haber traicionado a sus hijos: los mexicanos
¡Ay mis hijos!
No obstante, no fue así. La Malinche era hasta donde las fuentes permiten coincidir, totonaca. Perteneciente a uno de tantos pueblos oprimidos por los mexicas.
Al informar paulatinamente a Cortés sobre lo que sucedía con los mexicas en términos reales no se hubiera convertido en traidora, todo lo contrario: contribuyente para poner final de uno de los imperios más sanguinarios del periodo pos clásico mesoamericano.
¿Por qué entonce asegurar que ella lamenta la traición de sus hijos los mexicanos?
En este sentido la invención del mito de la llorona tiene una carga ideológica histórica que mostraría que las civilizaciones prehispánicas vivían en perfecta armonía hasta la llegada de los españoles, y que al mismo tiempo, estas culturas ya fueran aztecas, totonacas, mayas o purépechas eran todas iguales, vivieron todas en el mismo tiempo, creían lo mismo y todas eran mexicanas. Nada más lejos de la verdad.
Mesoamérica era un mosaico civilizatorio y cultura bastante complejo, con ciudades Estado que rivalizaron unas contra otras.
En consecuencia, la llorona no traicionó a nadie, ni tampoco debería de deambular en las noches.
La llorona como una plañidera fantasmal arrepentida de sus actos pudo haber sido parte de la legitimación del discurso nacionalista criollo que aseguraba que todos los mexicanos antes de los españoles convivían en completa paz y armonía hasta que una mujer débil cayó ante las promesas de un hombre como Cortés, en consecuencia, al morir quedó condenada a este plano material para lamentarse por su "pecado". Continuará
Sin lugar a dudas el sincretismo ha dado origen a tradiciones y folklore mexicano gracias por recordar el origen de leyendas de nuestro país, ya que estas explican diferentes hechos como el mito de la divinidad mexica Cihuacóatl (diosa de la tierra, fertilidad y los partos) que nos habla de la desgracia de una madre que ve morir a sus hijos(los mexicas) en manos de los conquistadores españoles, aunque posteriormente se retoma para hablar de una mujer indígena traicionada. HGHS
ResponderBorrarAsí es, esta leyenda encierra elementos multifacéticos importantes que reflejan la flexibilidad o plasticidad de los mitos y leyendas novohispanas
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