0,5%

 Por Darío Merino


0,5% fue lo que la llamada ley seca en Estados Unidos, determinó como cantidad máxima de alcohol en las bebidas embriagantes.


¿Por qué la prohibición?

Décadas atrás, en el siglo XIX, los principales centros de entretenimiento social masculino fueron los llamados Saloons: bares, prostíbulos y centros de espectáculos locales que aumentaron en los territorios recién ocupados del llamado Salvaje oeste, al tiempo de ser iconos de los pecados más escandalosos.

Su proliferación en las grandes ciudades en los inicios del siglo XX fue percibida como amenaza al progreso industrial estadounidense.

Organizaciones sociales como la Unión Cristiana de Mujeres por la Templanza, formaron colectivos anti alcohol sin mucho éxito.

Pero en 1893 se levantó la Liga Anti Saloon, encabezada por el abogado Wayne Wheeler, quien consideró que el alcohol no solo era el problema, sino los consumidores y los lugares de venta.

La presión de Wheeler en el congreso creó la ley seca que prohibió el consumo de bebidas espirituosas con más de 0,5% de alcohol, el cierre de Saloons y todo comercio que lo vendiera, así como multas y cárcel a quien fuera sorprendido consumiendo.

El gobierno y las organizaciones supusieron que una vez en vigor la ley seca, Estados Unidos repentinamente entraría en una fase de crecimiento, salud pública, orden y progreso sin igual. Como quien dice, muerto el perro se acabaría la rabia. No fue así.

Rápidamente proliferaron los Saloons ilícitos que incluso aceptaron mujeres, aumentaron los productores ilegales y contrabandistas de licor, junto con ello la compra de voluntades de las autoridades, olas de violencia entre el gobierno y los traficantes, guerras sangrientas entre mafias; miembros de las bandas licoreras masacrados, torturados y cientos de civiles muertos en el fuego cruzado. Las aspiraciones de una sociedad mejorada sin alcohol se esfumaron.

Nombres como George Remus y Alfonso Capone, alias Al Capone, o Scarface (cara cortada), estuvieron en los encabezados de las notas periodísticas.

Si por un lado la sociedad civil se rasgaba las vestiduras por los actos ilícitos de los contrabandistas, por otro, no dejaron de consumir el licor. La situación se había vuelto incontenible.

Hasta que en octubre de 1929, la bolsa de valores de Nueva York cayó estrepitosamente trayendo consigo una de las peores crisis financieras de la civilización occidental.

Y pareciera que el único negocio que podía sacar de la crisis a Estados Unidos era el licor.

Por eso, ante la ruptura de la bolsa de valores, fue derogada la ley seca en 1933; con ello, quitados del camino los contrabandistas y abriendo paso a productores legales que dejaran grandes ganancias. Después de todo el licor no era tan malo.

Los Saloons fueron abandonados paulatinamente, sustituidos por cantinas, bares y centros de recreación diferenciados en categorías y clases sociales. Todo ello, para hacerle frente a las consecuencias del crack de 1929. Cosas de la historia.

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