Echeverría: obra y "milagros". Parte II

Por Darío Merino

Las movilizaciones de los estudiantes en febrero de 1971 por parte de la Universidad Autónoma de Nuevo León a causa de recortes presupuestarios y la violación a su autonomía se convirtieron en protestas que llegarían a la capital de México, y esto a casi tres años después de la masacre del 2 de octubre de 1968.

El apoyo por parte de la UNAM (de la que Echeverría egresó como abogado) y del Instituto Politécnico Nacional dieron un sesgo comunista a las protestas. Por lo que el gobierno respondió como lo había hecho en el
68: un comando armando entrenado por la CIA conocido como los halcones (además de granaderos de la Ciudad de México), rodearon a los manifestantes, golpeándolos primero, utilizando armas de grueso calibre, después.

Los halcones no distinguieron entre los manifestantes, medios de comunicación y población civil, como quien dice, no dejaron títere con cabeza. El saldo: miles de heridos, más de 100 estudiantes desaparecidos. Así fue el fatídico jueves de Corpus de junio de 1971.

Contener a la juventud de esta época con la política del garrote resultó en todo lo contrario: las movilizaciones contestatarias y anti sistema fueron lo más común en el mundo occidental, a saber, mayo de 1968 en Francia, 2 de octubre del mismo año en México, agosto de 1969 en el festival de Woodstock; y el Festival de rock y ruedas de Avándaro en septiembre de 1971, tres meses después del halconazo.

Este último fue el crisol en que miles de jóvenes mexicanos realizaron una manifestación musical contracultural donde más de 75 mil asistentes se reunieron sin violencia pero eso sí, consumo de drogas, plantas enervantes, bebidas espirituosas y sexo al aire libre.

Grupos como Los Dug Dug's, Tequila, Pace and Love, Three Souls in my Mind (el actual TRI), el Ritual y Tinta Blanca, en muchos otros más, se presentaron.

Aún está en discusión si este evento fue una situación orgánica u orquestada desde presidencia con la colaboración de Telesistema mexicano (Televisa) quien transmitió el evento para usarlo como válvula de escape a los acontecimientos antes descritos. O si todo comenzó como una manifestación contracultural y posteriormente, Echeverría, la televisora antes mencionada, y el actual polémico productor, Luis de Llano Macedo, intervinieron lo cual explicaría que debido al desenfreno no violento del festival terminaron por cortar la emisión. Cosas de la historia.