Pánico satánico. Parte I
Por Darío Merino
Posterior a la segunda guerra mundial Estados Unidos fue, como después de la primera guerra mundial, un receptor de inmigrantes latinos, europeos y asiáticos.
Para el catolicismo y las iglesias protestantes estadounidenses los recién llegados no fueron un foco de proselitismo religioso importante; hasta que misioneros y evangelistas como Billy Graham en los años sesenta emprendieron esfuerzos de propaganda para convertir al cristianismo tanto a los inmigrantes como a los creyentes norteamericanos que habían perdido la fe.
Uno de los principales núcleos de este fenómeno fue el Estado de California.
Diez años después, en los setenta, en California ocurrió el "boom" de iglesias ahora llamadas evangélicas denominadas pentecostales que con fervor y sermones emotivos captaban la atención de los oyentes.
Lograron transmitir sus mensajes vía televisada llenando la barra de horario estelar. Resonaron nombres como la pastora Kathryn Kulman, Benny Hinn, David Wilkerson, entre otros. Los llamaron "telepredicadores".
Siendo los años setenta una época confusa por la guerra fría, el alto consumo de drogas, sexo y olas hippie; las iglesias y telepredicadores notaron que la pérdida de fe y moralidad se debía, muy seguramente, a la influencia de las fuerzas del mal que estaban presentes en el gobierno, la música, los juguetes, los juegos de mesa y la escuela (con sus enseñanzas darwinianas).
No siendo suficiente el comunismo soviético ateo, Satanás se había infiltrado y solo los telepredicadores se dieron cuenta. Había llegado el momento de combatir contra él. Continuará.
😳
ResponderBorrarEspera la segunda parte, se pone más raro aún
BorrarTiene todo el sentido del mundo. qué es bueno y qué es malo? La realidad es individual y siempre se pone ante nosotros el libre albedrío. Dependiendo de nuestra realidad tomaremos el camino que mejor nos haga sentir…
ResponderBorrar“Frente a cada ángel existe un demonio” -Samael Aun Weor
Así es Sughey veremos que en caso que se describe, la actitud de la sociedad al puro estilo de los Juicios de Salem
BorrarTristemente hoy en día prefieren el libertinaje ala libertad
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