No me defiendas compadre


Por Darío Merino

Durante los años ochenta y noventa en México el pan de cada día fueron miles de desempleados, olas de empleos informales e inmigrantes mexicanos persiguiendo el sueño americano.

El neoliberalismo había llegado para quedarse. Durante los sexenios de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari hubo “ajustes estratégicos” en la economía política, esto es que, empresas estatales y paraestatales fueron vendidas y subastadas al mejor postor, junto con ello el violento golpe al sector obrero despedido injustificadamente o siendo limitando en sus derechos laborales.

¿Acaso no tenían sindicatos que los defendieran? Bien que los tenían, pero lo que debía ser la disidencia ante la explotación del patrón y el sistema político, fue todo lo contrario. No olvidemos obra y milagros del gansteril líder de la CTM, Fidel Velázquez; el casi omnipotente líder de petroleros, Joaquín Hernández “La Quina” o la Profesora Elba Esther Gordillo, dueña del Sindicato magisterial más grande de México.

Antes de los ochenta, el sindicalismo mexicano fue señalado de “charro” al defender los intereses del gobierno y las empresas por encima de las necesidades de los trabajadores. La cosa empeoró una vez que el neoliberalismo puso la balanza a favor de las empresas. Algunos sindicatos no solo brillaron por su ausencia, sino que atacaron a los trabajadores.

No se olvide cuando en 1990 los obreros de la Ford de Cuautitlán fueron agredidos por golpeadores de la CTM, a la que estaban afiliados; y todo porque exigían el pago de aguinaldo retenido por la empresa, so pretexto de que esta debía altísimos impuestos y de allí saldría para pagar la deuda.

Sindicatos. Sistema político mexicano. Neoliberalismo. Todos juntos, potentes detonantes contra los trabajadores mexicanos que, hasta el momento, no han logrado su justa defensa. Cosas de la historia.

Comentarios

  1. Gracias por compartir esta nota, es muy interesante.

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    1. Las luchas obreras se han visto obstaculizadas por los intereses de los sindicatos que poco tienen qué ver con las demandas obreras

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    1. Así es. Todo un fenómeno social el sindicalismo mexicano

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  3. Siempre ha tenido una extraordinaria facilidad para narrar y explicar la historia de una manera clara, digerible y concisa. Gracias por compartir estas cosas de la historia. ¡Saludos!

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  4. Excelente columna Maestro, estos temas son de mi agrado y espero leer tu próxima publicación.
    Felicidades por este proyecto.
    Éxito!

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  5. El comportamiento de los sindicatos comprueba la tesis de Luckas de que la mentalidad del opresor se introduce en el oprimido y es por eso que los líderes sindicales, en su origen de la clase obrera, terminan imitando a sus opresores, con lo que se convierten en uno más de ellos. Muy buena columna profe Darío.

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    1. Efectivamente profesor, es un fenómeno sui géneris y contradictorio que el la búsqueda por la defensa del trabajador, el mismo defensor se mimetiza con el opresor, para replicar el ícono del capitalismo y su opulencia

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  6. Excelente trabajo de investigación Maestro ,como todos los anteriores .

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  7. Desafortunadamente está situación forma parte de una dieta constante en nuestro país, organizaciones que esconden maquiavélicas intenciones porque los intereses económicos y políticos pesan más que la propia dignidad humana...

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